Revista Actual

Esbozo de la Historia del Barrio de San Antonio, Municipio de Xonacatlán


 Por  Efraín Bonifacio Alba

Como preámbulo de los festejos religiosos que se celebran en el mes de junio en el Barrio de San Antonio, Municipio de Xonacatlán, y por la relevancia que viste el haber obtenido la categoría política de Delegación Municipal, aprobado en sesión extraordinaria por el cabildo en turno, el 30 de octubre de 2010 y de manera oficial el 2 de noviembre del mismo año; es importante dedicar unos renglones y resaltar parte de su historia, porque a través del tiempo hemos sido testigos del crecimiento poblacional, económico, político, educativo, y del comportamiento de los habitantes en la convivencia social.

También podemos afirmar que la naturaleza del lugar fue motivo de inspiración para aquellos compositores que en sus letras nos hacen reflexionar al escuchar el corrido de Xonacatlán, h aciendo mención de la “tierra nueva”, “San Antonio” y el “Panteón Municipal”, rincones que hasta hace 50 años se consideraban sumamente hermosos.

Algunos estudios que se han realizado sobre el tema que a continuación se desarrolla, dan pie a hacer mas objetivos los supuestos sobre la estrecha relación que existe entre lo que fue la hacienda del Mayorazgo del municipio de Otzolotepec y el surgimiento del Rancho de San Antonio la Fe. No puede separarse uno del otro porque su trayectoria histórica es común dado al extenso territorio que poseían los señores Mayorazgos del actual municipio de Otzolotepec. 

Fuentes fidedignas que se han encontrado en archivos diversos dan testimonio que el Barrio de “San Antonio la Fe”, fue parte del territorio que durante el periodo colonial se le arrebato de manera injusta a los naturales de Xonacatlán y posteriormente consumado el despojo, las tierras fueron otorgadas por el virrey de la nueva España Antonio de Mendoza, al encomendero Alonso de Villanueva y Tordesillas y a sus herederos. Estas distinguidas familias durante siglos administraron y gozaron las riquezas que obtenían de los montes y tierras de cultivo de los pueblos que en la actualidad integran los municipios de Otzolotepec y Xonacatlán, tal vez por un poco de humanidad o por el interés de tener la mano de obra cercana a su voluntad, dejaron únicamente a los naturales unas pequeñas fracciones de terreno donde se encontraban instaladas sus casuchas y asentamientos humanos bien definidos.

En el siglo XVIII y principios del XIX dos conflictos importantes que se suscitan nos revelan los nombres de las personas que tenían en su poder las tierras en las que se encontraba inmerso el Rancho de San Antonio la Fe; los dueños de las citadas propiedades eran los señores Mayorazgos de Villanueva, propiamente Don Carlos de Villanueva y Juan Salensán (arrendatario), quienes entablaron pleitos y juicios por el derrumbe de mojoneras y el despojo de un “ojo de agua”, llamado San Pedro, en contra de los naturales de Mimiapan.

En los albores del siglo XIX y ante los temores que padecían los propietarios de grandes fincas y enormes extensiones de tierras, a través de sus apoderados acuerdan fraccionarlas y venderlas a pueblos circunvecinos. Don Eusebio García quien era el poseedor de la ya nombrada “Hacienda del Mayorazgo” del actual municipio de Otzolotepec, hasta el año de 1846 explotaba sus tierras con ayuda de Don Agustín Fuentes su apoderado, conservando toda la superficie del Rancho de San Antonio mayorazgo, a pesar de las reformas que se avecinaban.

Entre los años de 1865-1866 los vecinos de Xonacatlán solicitan al entonces dueño de la Hacienda del Mayorazgo, Don Tomas García la venta de cuatro caballerías de tierra para acrecentar su fundo legal. En 1869 la familia Vicencio solicita a Don Ignacio de la Hidalga, dueño de la Hacienda “El Mayorazgo”, la venta de una extensión considerable de su propiedad y con ello el “Rancho San Antonio Mayorazgo”, pasa a ser propiedad del Ilustre abogado nacido en Xonacatlán, Lic. Celso Vicencio Hernández, periodo que se califica como el momento del auge y crecimiento de las grandes Haciendas en el Estado de México.

Una vez adquiridas las propiedades, el rancho comienza a perder el nombre de Mayorazgo y adopta el de “Rancho de San Antonio la Fe”. Desde su origen fue propiedad del Lic. Celso Vicencio Hernández y de su hija la señorita Enriqueta Vicencio Copado. A la muerte de ambos se dividió entre sus herederos, no sin antes por disposición del licenciado Celso Vicencio dispone otorgar a la comunidad de San Francisco Xonacatlán un terreno de 8.000 metros cuadrados en el paraje denominado “Loma de la Cuadrilla”, para la construcción del panteón de la cabecera municipal.

Al Lic. Leopoldo Vicencio Copado (hijo) se le otorgan 70 hectáreas; Esther Vicencio Copado (hija) 80 hectáreas; Lic. Gustavo A. Vicencio Copado (hijo) 84 hectáreas; Adolfo Vicencio Copado (hijo) 67 hectáreas haciendo una suma de 301-00-00 hectáreas. Por las inconsistencias que existían en las medidas y colindancias, los herederos hacen uso de las hijuelas y escrituras de la división de bienes, plasmados en los planos en conjunto y en los informes de la Administración de Rentas de Lerma. Pero lo reportado resultaba ser mal informado, debido al temor que les embargaba por las expropiaciones que se estaban presentando, y a las peticiones de dotación de tierras que los pueblos del municipio de Xonacatlán estaban realizando, observándose el mayor interés en las comunidades de Zolotepec y Mimiapan, siendo estos últimos los mas ambiciosos al grado de llegar a instalar campamentos con gente armada que deseaba de cualquier forma las propiedades.

Dada la resolución presidencial de 30 de diciembre de 1926, dictada en el expediente de dotación de tierras del poblado de San Francisco Xonacatlán, manifiesta que el rancho contaba con una superficie de 353-00-00 hectáreas y que en virtud de encontrarse dividido en cuatro fracciones no debía afectarse por constituir cada fracción una pequeña propiedad.

Es importante citar que con la muerte del Lic. Celso Vicencio sus herederos dejaban el destino de las tierras a sus administradores y poco a poco estos fueron poniéndolas en venta. En un dato que se tiene de 1943 se observa como el señor Raúl Vicencio quien cumplía con el papel de apoderado de la sucesión Vicencio y vendedor de los terrenos fraccionados, dicta una serie de disposiciones que los compradores de los terrenos debían de acatar con el único objeto de ser respetuosos y velar por sus derechos, usos, costumbres y servidumbres, que por años había disfrutado la finca que identificaba el corazón del Rancho, haciéndoles hincapié que si bien obtenían derechos también tenían ciertas obligaciones.

Se les facilito el uso de aguas de riego, el acondicionamiento de almacenamiento de presas, el zanjón de la loma para retención de las aguas y el empleo de las vías de comunicación como: entradas y salidas que utilizaba la finca, además de aquellas que durante la venta de terrenos se acordaran respetar.

Dentro de los derechos el Ayuntamiento de Xonacatlán y el pueblo del mismo nombre, también son beneficiados con una hectárea en el cerro que comprara el señor Filemón Álvarez originario de Zolotepec, para la explotación de piedra que se empleara en beneficio de las obras públicas y materiales que se ejecutaran en la comunidad. Como obligaciones los compradores debían desazolvar y limpiar los caños regadores, el zanjón, las presas, cunetas y zanjas que conducían las aguas, atravesando la cabecera municipal hasta llegar al túnel del potrero y el puente grande; además de participar en el arreglo de la vía principal (Camino Real) que comunicaba a la cabecera municipal con el Rancho de San Antonio, y con el poblado de Santa María de la Asunción Zolotepec.

Para culminar el presente artículo, es importante hacer alusión que con la existencia de estos datos podemos darnos cuenta que el Rancho de San Antonio poco a poco fue creando su propia identidad y que si bien no contaba con una nomenclatura oficial si tenía algunos parajes que lo identificaban, de los cuales citaremos algunos: Loma de la Cuadrilla; Caño del Mayorazgo; Presa del Salitre; Zanjones de la Loma; Milpas de Santo Tomas; Puntas del Ojo de Agua; los Gigantes; Río de Zolotepec; Ojos de Agua de la Finca, La Joya; La Era; La Fe; El Plan de Santiaguito; San Jacinto; La Caridad; La Esperanza Norte; Santo Tomas Sur; San Cristóbal; La Providencia; Tierra Nueva; San Isidro; El Pilar y El Potrero.

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